Trampantojos en madera

Hoy os traigo al blog unos trampantojos sobre madera.

Podría decir que corte la madera en listones y que los uní con mimo. Que pinté, envejecí y decapé lijando con fruición.

Que elegí unas bonitas flores de papel que luego recorté para hacer un decoupage con ellas.

Pero no...trabaje bastante menos. Sólo corte unas tablitas de las que siempre tengo por el taller a la medida de 20 x 30 cm y elegí unos bonitos papeles de scrap. Los pegué procurando que no quedarán burbujas de aire.

  

Y luego me dediqué a hacerle  algunos detalles como marcar con un punzón las falsas hendiduras para darles mayor realismo.

 

Un poco de color sombra natural en las esquinas y hendiduras contribuyen a acentuar su efecto envejecido y un par de manos de barniz acrilico mate las protegen del uso.

Con unas pinzas se han convertido en unos portafotos o portanotas diferentes.

 

También practico un poco mi caligrafía y añadiéndole una frase motivadora se convierten en unos bonitos carteles.

Trampantojo: ilusión óptica o trampa con la que se engaña al ojo haciendole creer que ve algo distinto a lo que ve en realidad.

Con este post me uno al Reto Amistoso 93, que este mes organiza Yolanda del blog Crea2 con Pasión. No os perdáis las demás propuestas de las compañeras que son unas auténticas artistas y os sorprenderán gratamente en esto del Arte de Imitar. ;)

Y me lo llevo también al Finde Frugal 191 de Marcela Cavaglieri dónde cada semana compartimos entradas cargadas de creatividad.

 

Nota a 7 de enero de 2018: Estos otros modelos siguen el mismo esquema y has sido realizados sobre espejos Malma de Ikea para Piedad y Reyes.

Si te gusta lo que ves  y si quieres más información contacta conmigo en alromasar@gmail.com o a través del formulario de contacto que tienes en el margen derecho.

Muchas gracias por dedicar unos minutos de tu tiempo a pasar por mi blog y dejarme un comentario.

La caja de Marga

Los encargos que más me gusta aceptar son aquellos que vienen con una historia detrás. 

Me encanta cuando un cliente confía en mí para hacer un trabajo y me cuenta por ejemplo el por qué quiere regalar tal o cual cosa, desde cuando está ese mueble en su casa, o por qué quiere que les pinte unas flores y no otras en una caja...Desde ese momento me invade una profunda emoción al saber con certeza que el fruto de mi trabajo formará parte de su vida.

Quizás por eso me enterneció tanto cuando me escribió Marga desde Bilbao y me pidió que le hiciese una caja para contener las cartas de amor que sus padres se habían escrito durante años. Desgraciadamente su padre ya ha fallecido y Marga quería la caja para regalársela a su madre: una emocionante sorpresa.
Ella tenía claro que la quería con un retrato de su padre, pero es algo que yo no pinto sobre madera, así que le propuse una transferencia de una fotografia.

 

Lo he realizado sobre una caja de madera de chopo que mide 30 cm x 18 cm x 12 cm. He procurado darle a la caja un aire envejecido para que no distorsionara con la estética de la foto y pareciera de la época. Así que lo primero que he hecho ha sido lijarla y pintar de negro sólo las zonas más salientes y de roce. Luego he realizado los siguientes procesos: pasar vela y pintar de rosa pálido, pasar vela y pintar de gris y pasar vela y pintar de blanco con el pincel seco. Después lijar para conseguir este efecto desgastado que tanto me gusta:

El interior lo he forrado con un papel de scrap con un romántico texto sobre fondo con estampado floral que he rematado con unas finas puntillas de encaje.

 

No me resisto a transcribir el texto completo, que es una preciosidad del poeta malagueño de la Generación del 27 Manuel Altolaguirre sobre el amor perdido:

«No se si es que cumplió ya su destino, si alcanzó perfección o si acabado este  amor a su límite ha llegado sin dar un paso más en su camino.
Aún le veo subir de donde vino, a la alta cumbre donde ha terminado su penosa ascensión.
Tal ha quedado estático un amor tan peregrino.
No me resigno a dar la despedida a tan altivo y firme sentimiento que tanto impulso y luz diera a mi vida.
No es su culminación lo que lamento, su culminar no causa la partida, la causara, tal vez su acabamiento»

Sobre la tapa de la caja he realizado el transfer de la fotografía que me enviaron escaneada. Me encanta ese momento de ir retirando la celulosa del papel y que vaya apareciendo la imagen transferida.

También he cambiado el sentido de apertura de la caja para que fuera más en consonancia con la posición de la fotografia.

 

Y así ha quedado terminada una vez integrada la transferencia con pequeños toques de pintura a tono.

Comparto este post en el Finde Frugal 190 de Marcela Cavaglieri y el Viernes Handmade de Little Kimono, donde cada semana compartimos entradas muy diferentes pero todas cargadas de creatividad.

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Latas de galletas recicladas

En este mes tercer lunes del mes Anna Llansa nos invita a una nueva edición de su Aprendiendo de un poco. En está ocasión las flamantes ganadoras de la edición anterior, María y María Inés, las adorables chicas de Decosur, nos proponen reciclar latas de galletas.

Es un trabajo que tenía mucha ganas de realizar pues tiene mucha salida en Navidad y eso unido a que en casa las devoran, me facilitó la materia prima suficiente como para realizar varios modelos. Aquí os presento todo el conjunto:

Lo primero que hago es preparar la superficie de la latas para trabajarlas, limpiándolas con un algodón con alcohol para eliminar todo resto de grasa y de pegamento de los precintos y etiquetas de la base. A continuación aplico un par de manos de selladora todoterreno blanca para cubrir los llamativos dibujos que suelen tener estas latas. Cuando trabajo sobre metal me gusta dar la selladora a pequeños toques con una esponja para conseguir un acabado más uniforme.

 

Sin tener aún muy claro como decorarlas las pinto con pinturas acrílica en tonos pastel: rosa, turquesa, blanco puro y blanco antiguo.

Después ya defino su decoración. A la rosa con tapa blanca le hago un decoupage con una servilleta de mariposas cuyos tonos encajan muy bien con la base.

A las de color blanco antiguo les he hecho un decoupage con unas servilletas con imágenes en blanco y negro de estilo más vintage. A una la he rodeado con una puntilla de encaje y a la otra con una tira de perlitas blancas.

 

Y a la turquesa y a la blanca pequeña le he hecho un decoupage con unas flores rasgadas de un papel de arroz integradas con toques de pintura a tono en los bordes.

Pensé que estas dos latas podrían formar un bonito conjunto así que al decorarlas no sólo he usado las mismas flores sino que también he pintado un pomo de madera en color turquesa, lo he decapado ligeramente y lo he pegado sobre la tapa de la lata superior a modo de tibor. 

Una foto de familia antes de su separación definitiva pues tres de ellas ya están reservadas y las otras dos espero que pronto encuentren un hogar.

 

Son latas que tienen grandes posibilidades de almacenaje: para contener hilos, cintas, puntillas y útiles de costura y crochet, algodones y bastoncillos para el maquillaje, pequeñas piezas para manualidades, para mantener la bisutería a mano y por supuesto para regalar galletas  y dulces hechos en casa con amor. ;)

Aqui podeis verlas con más detalle por separado en las versiones color y blanco/negro.

 

Todas tienen algo especial que las hace únicas, aunque confieso que mi favorita es la pareja blanca y turquesa. ¡Asi que creo que estas dos también han encontrado su hogar! ;))

Comparto este post con todas las amantes de la creatividad y el reciclaje que se dan cita cada fin de semana en el Viernes Handmade del blog Little Kimono, en el Finde Frugal 189 de Marcela Cavaglieri y también lo llevo al blog By Terenya dónde este mes Tere nos invita a participar en el reto 3R+1conarte con ideas de reciclaje para la vuelta a la rutina.

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