Mini jardin zen

Siempre me han llamado la atención las creaciones artísticas hechas con piedras que desafían la ley de la gravedad. Parece ser que asociadas a la filosofía zen nos transmiten mensajes positivos de belleza, simplicidad, fusión con la naturaleza, equilibrio, talento, consciencia.....Hay artistas especializados en acrobacias con rocas como  Bill Dan que demuestra su talento apilando piedras en la bahía de San Francisco.

El jardín zen también es un simbolo de tranquilidad y armonia. Para los japoneses es un instrumento de meditación y relajación. Permiten dar descanso a nuestra mente focalizando la ansiedad en un solo punto.
En ellos cada elemento tiene un significado:
Arena: Representa la plataforma sobre la cual existimos y es un elemento que absorve, recicla y transforma  la energía a través de su magnetismo. Su presencia ayuda a neutralizar todos los pensamientos, actitudes y energias negativas, creando un ambiente de tranquilidad y serenidad.    
Piedras: Representan los obstáculos y las experiencias a los que nos enfrentamos en nuestra vida que siempre nos van dejando una enseñanza.
Velas: Nos iluminan el camino a seguir y representan la claridad de la calma y la meditación.

¡¡Yo no aspiro a tanto!!. Simplemente me gusta observarlos. Me gusta el orden y la armonia que transmiten, y sobre todo admiro la paciencia y habilidad para crearlos. Este verano recogimos algunos cantos rodados a la orilla del mar: piedras de diferentes tamaños con bordes limados a base de "paseos" bajo las olas.

Y tranquilamente las fui apilando una tras otra. De la más grande a la más pequeña buscando la forma en que más que me gustase, el equilibrio más estable posible. Hasta que finalmente obtuve mi escultura:

Conservaba la parte de abajo de una caja de madera de las que utilizo para las infusiones que había perdido la tapa.

Con un listón le he hecho dos compartimentos desiguales y he obtenido un cajón que sera la base para el mini jardín.

Lo he teñido con anilina de color negro que he pulido, cuando se ha secado, con estropajo de esparto para sacar un poco la veta y sobre la que he aplicado una mano de tinte hidroalcohólico color roble: de esta forma se obtiene un color negro veteado muy similar al del ébano. Como terminación un par de manos de barniz mate y una capa de cera bien lustrada. 

Y ahi coloqué mi escultura de piedras en equilibrio sobre arena de desierto que rastrillé con un peine, junto a unas suculentas en un bote de yogur reciclado y una pequeña vela sobre grava. Un mini jardín zen con todas las de la ley: 

Estoy feliz con el resultado obtenido quizás porque en este momento de mi vida necesito mucho orden, calma y equilibrio....por algo se empieza.

Con ello participo en el Finde Frugal que hoy, como cada viernes, organiza nuestra amiga Marcela del blog Colorin Colorado.  Ya saben, tomarse un ratito para crear algo muy lindo gastando muy poco.

Si te gusta lo que ves y quieres más información contacta conmigo en alromasar@gmail.com.

Muchas gracias por dedicar unos minutos de tu tiempo a pasar por mi blog.